martes, 29 de marzo de 2011

Una meta llamada playoffs


BUENOS AIRES -- La puerta para ingresar al palacio de los ocho elegidos se hace cada noche más angosta en la Conferencia Este. El que retrocede, baja los brazos o se equivoca, cede centímetros vitales en la carrera por el objetivo primario.

Entrar o no entrar a los playoffs: esa es la cuestión.

Ya conocemos a cinco pasajeros que esperan por el resto: Bulls, Celtics, Heat, Magic y Hawks. En un principio, este fue el orden de llegada, pero todavía no está dicha la última palabra y puede haber algo de turbulencia antes de que el barco suelte amarras.

El propósito de esta entrega es analizar lo que sucede con los tres pasajes restantes. Hay cinco equipos -quizás seis- en condiciones de pegar a la mandíbula de su contrincante para arrebatar una posición. Ahora bien, ¿qué le queda a cada uno en el futuro inmediato para ilusionarse y/o resignarse?

Vayamos caso por caso.

Philadelphia 76ers: Es cierto que se les escapó un partido más que ganable ante los Kings en casa, pero los Sixers mostraron su energía y poder ante los Bulls, inyectando la noción de que no sólo llegarán a los playoffs: serán una piedra en el zapato para el equipo que los enfrente. Doug Collins les dio una identidad y los jugadores exhiben noche a noche que juegan a algo, cargados de energía y con pasión. En definitiva, tienen una idea que los conduce. No parece ser un equipo que esté preparado para derribar a uno de los gigantes del Este en primera ronda, pero nadie los quiere enfrentar por una razón primaria: gastará muchas piernas pensando en el cruce posterior. El calendario que le queda no es fácil, pero servirá para medir a los Sixers, ya que tras ganarle a Chicago tendrán a los Celtics fuera de casa. Jrue Holiday, Andre Iguodala, y el renovado Elton Brand saben que tienen con qué preocupar. No es poco.

New York Knicks: Pese a que lucen como ovejitas esquiladas contra leones cuando defienden, sería una catástrofe que los Knicks no llegaran a playoffs. Mostraron una cara diferente frente al Magic el lunes por la noche, pero suena más a excepción saludable que a cambio de hábito. Todavía me estoy preguntando qué hicieron estos muchachos con el intercambio de Carmelo Anthony: de ser una potencial Cenicienta en playoffs pasaron a ser un equipo que produce menos emoción que un sandwich de lechuga. No juega sin la pelota, por momentos es previsible en ataque y los resultados están a la vista: antes de vencer a Orlando, llevaban seis partidos en fila sin sonrisas. Están cuatro partidos y medio por encima de los Bobcats, una franquicia que en las últimas noches huele sangre y muerde como un tiburón endiablado. De los nueve partidos que le quedan, tiene dos noches ante New Jersey Nets, una ante Toronto Raptors y otra ante Cleveland Cavaliers. Deberían llegar a la postemporada, pero más que eso sería un milagro. Tomen nota: el márketing es fundamental, pero a veces no va de la mano con el básquetbol. Si no me creen, toquen el timbre de los Nuggets, que de eso saben bastante.

Indiana Pacers: Los Pacers son héroes del silencio en la NBA. Nadie habla de ellos, sin embargo han construido un camino para estar ubicados en el octavo puesto de la Conferencia Este. Lograron un triunfo fundamental ante los Celtics el lunes, y más allá de que les queda el Magic en el partido de cierre de la temporada regular, todos los rivales lucen competitivos para los dirigidos por Frank Vogel. Se mantienen un juego por delante de los Bobcats y tres por encima de los Bucks. La pregunta del millón es la siguiente: ¿tendrán la entereza necesaria para soportar la presión de sus competidores? ¿Podrán mejorar esa defensa que de a ratos hace agua? De los tres equipos que luchan por un lugar, Indiana luce como el más débil, pero... los resultados no dicen lo mismo. Lo bueno para los Pacers es que de los siete partidos que le quedan, cinco serán en el Conseco Fieldhouse. ¿Quién da más? La rueda empezó a girar y no hay mañana para los que pierden.

Charlotte Bobcats: Los Bobcats son el equipo de esta lista que mejor está de la cabeza para el tramo final. Como en una carrera de caballos, el último sprint siempre es mejor para el que intenta pasar que para el que defiende posición. El equipo de Paul Silas es defensivo por naturaleza, pero en los últimos juegos se mostró como una especie de cobra venenosa: se movió sigilosamente pero cuando se decidió a atacar -y le permitió el rival de turno- no perdonó. Ganó un partido fundamental este lunes ante los Bucks en casa, ideal para recuperarse de la paliza que sufrió ante los Pacers (otro rival directo) en Charlotte el pasado miércoles 23 (111-88). El fixture es engañoso para los últimos nueve partidos: es cierto que enfrentará a los Cavaliers dos veces, pero tendrá al Magic también en dos oportunidades (local y visitante) y al Heat en Miami. ¿Qué debemos esperar de los Bobcats? ¿Las caras largas del juego ante Indiana o la energía del triunfo ante los Bucks? Las respuestas se conocerán pronto. Eso sí: de ser un contendiente del Este no me gustaría enfrentar a este equipo en postemporada. Puede ser tan irregular como peligroso.

Milwaukee Bucks: Confieso tener una especie de debilidad con este equipo, pero las derrotas en las últimas dos noches -ante Bulls y Bobcats- tras ir ganando ambos juegos, los colocan en una posición desfavorable. Las lesiones hicieron que no puedan estar más arriba de lo que están, pero la buena noticia para Scott Skiles es que ya tiene su personal de lujo en condiciones. De los últimos nueve partidos del calendario oficial, tres serán ante rivales directos, tras tirar por la borda muchas de sus posibilidades ante los hombres duros de Charlotte: viernes ante Pacers, sábado ante Sixers y viernes 8 de abril ante Pistons. Quizás el problema mayor es que seis de los nueve juegos serán fuera de Milwaukee y que dos serán ante Magic y Heat en noches consecutivas. De todos modos, y pese a que algunos pueden tildarme de loco, veo a los Bucks con chances de dar el golpe para robar el último sembrado. Si mejoran el ataque -su tabla floja durante toda la temporada- y mantienen la cordura para no trastabillar en el último cuarto de los partidos, podrán conseguirlo. Un triunfo el viernes ante Indiana puede llevarlos a la estratósfera y una derrota hundirlos en el fondo del océano. Será fundamental para pensar lo que viene en la semana decisiva.

Detroit Pistons: Es cierto, en el tren de las probabilidades los Pistons van en el vagón del fondo. Están a seis juegos de los Pacers, y pese a algunas diferencias entre las estrellas y John Kuester, el Este luce tan generoso que aún tienen alguna chance remota de ir a batallar mano a mano ante Chicago o Boston, según quien se quede con el número uno. Tendrán una oportunidad interesante ante los Pacers el miércoles, pero si ganan deberán igual prender velas para los días siguientes ante los poderosos Bulls y Celtics, respectivamente. De los nueve juegos que le quedan en el calendario, aparecen otros rivales directos además de Indiana: Bucks, Bobcats y Sixers. ¿Cuántas chances tiene este equipo de llegar a la postemporada? No vamos a arrojar números, sólo diremos que muy pocas. Eso sí: hasta que no se escuche la campana, no hay que dejar de pelear. He aquí nuestro Rocky Balboa de los retadores.

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