viernes, 2 de noviembre de 2012

OKC arrancó a los golpes sin Harden

SAN ANTONIO -- ¿El mejor lanzador de la campaña hasta ahora? Tony Parker básicamente le lleva dos puntos al resto de la liga después de las dagas gemelas que clavó en los últimos 30 segundos del partido en casa.
¿El gran culpable de la temporada hasta ahora?
Debemos darle al menos eso por una noche que querrá olvidar desesperadamente: Russell Westbrook también tiene la ventaja inicial aquí.
Con pantalones rojos, zapatos color beige y una camisa salpicada de blanco, rojo, negro y gris que podría describirse como conservadora si tenemos en cuenta las alternativas de la Colección Westbrook, el base relámpago de Oklahoma City se quedó frente a su casillero y no intentó ocultarse el jueves por la noche, culpándose a sí mismo por la derrota de OKC sobre la hora, 86-84.
Y eso es lo mejor que podríamos decir sobre la primera noche del resto de la vida de Westbrook sin James Harden.
"Me perdí", dijo Westbrook sobre la última jugada fatal en el AT&T Center cuando le pidieron que reconstruyera la cobertura fallida que le permitió a Parker lanzar un tiro limpio de 21 pies desde el lateral izquierdo que entró al sonar la campana. Llegó apenas una posesión de San Antonio después del triple desde la esquina que Parker había metido para empatar la revancha de las finales de la Conferencia Oeste en 84-84.
"Es mi culpa. Lo acepto".
No es que tuviera muchas opciones. Las críticas inevitables a Westbrook, después de una salvaje actuación ofensiva que terminó en una gran metida de pata en defensa, ya habían empezado desde hace rato en el set de "Inside The NBA" y en todo el universo de Twitter para cuando el mariscal de OKC salió de la ducha.
Una vez que el Thunder tome cierta distancia de las emociones del cierre, seguramente se enfocará en el hecho de que dispararon con una efectividad del 37.7 por ciento en tiros de campo menos de una semana después del shock de la salida de Harden. A pesar de la actuación irregular de Westbrook, perdieron recién en la última jugada ante un equipo que (A) estaba jugando en casa, (B) con una continuidad real en esta rivalidad y (C) con el dúo atemporal de Parker (14 puntos, 11 asistencias) y Tim Duncan (20 puntos, ocho rebotes) y toda la ejecución precisa que se desprende del mismo.
Sin embargo, los pensamientos racionales no alcanzarán para aislar a Westbrook, o al gerente general del Thunder Sam Presti, del escrutinio inmediato que está por venir. No cuando los Spurs estaban en la segunda noche de dos jornadas consecutivas y sin el lesionado Manu Ginóbili. No después de los 37 puntos, 12 asistencias y seis rebotes de Harden en su debut con Houston. No después de que Westbrook, con Kevin Durant y el recién llegado Kevin Martin en un flujo mejorado de lanzamientos, luciera tan decidido a forzar las cosas en su primer último cuarto sin Harden para hacerse cargo de las jugadas cuando OKC estaba atascado.
No en este mundo de hashtags que, en un instante, escupe #DespidanaMikeBrown cuando los Lakers arrancan 0-2.

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