PARA TENER UNA IDEA de lo dominante que ha sido Justin Verlander esta temporada, lo primero que tienen que saber de él es esto: el pasado 3 de julio, los Tigres daban un regalo para todos los fanáticos menores de 14 años, que consistía en capas de superhéroes con la palabra "Verlander" escrita encima. Desde entonces, su compañero de equipo Miguel Cabrera ha comenzado a referirse a Verlander como Superman, y no es difícil de entender por qué. Hasta el 20 de julio, este lanzador diestro de 6'5" de estatura y 225 libras de peso lideró la Liga Americana en entradas lanzadas (173), ponches (169) y, probablemente, en cumplidos de parte de compañeros de equipo que lo aman y de oponentes que lo respetan a regañadientes pero que no lo pueden tolerar. "Los bateadores lo odian", dijo su compañero de equipo Brandon Inge. "Ellos quieren enfrentarlo y matarlo. Pero eso es lo que sucede cuando juegas mejor que nadie, sencillamente". El piloto de los Medias Blancas, Ozzie Guillén, compara a Verlander con Roger Clemens: "Es su presencia en el montículo. Él puede tirar cualquier lanzamiento en cualquier momento. Solamente tienes que armar la alineación ese día y desearles a todos buena suerte".
Si fuese por los compañeros de equipo de Verlander y por al menos uno de los enemigos de división que lo enfrentaron casi tan seguido como nadie más, este jugador de 28 años con efectividad de 2.34 recibiría el premio Cy Young ahora mismo. Dejemos que ellos lo expliquen todo.
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